viernes, 29 de octubre de 2010

Crónica de una noche en el Molino


El Molino. El cabaret de Barcelona: De su pasado de butacas rojas impregnadas en sudor proletario, pasando por las masas migratorias de los 50, el de la bofetada de la censura y del resurgir de la carne durante la transición.
El más golfo.
Yo nací con el Molino de la decadencia y posteriormente del cierre indefinido... Y ya han pasado 13 años desde entonces.

Fue todo improvisado: "Hey, vamos a acercanos al Paralelo, podemos pasar por el Molino a saludar a mi tio que trabaja allí."
Cruzando Sant Antoni, ya a lo lejos las aspas brillaban, que pequeñito y que presencia, es como una diminuta versión del gran Moulin Rouge de París, diminuto sí, pero "nostre".
Los dos besos pertinentes y sin darnos cuenta ya estábamos dentro, acomodadas y servidas de champagne. Bailarines, la madura vedette saludando sin dejar de sonreir, la orquesta compuesta por piano, violín y trompetista, una barra y el escenario. Nada más. ¿Para que más?, tenía esa sensación de complicidad, de "hecho en casa y servido con cariño".
El espectáculo fueron dos horas recorriendo la historia del local con memorables números, entre mis favoritos el dedicado a la guerra civil y la posterior censura, ("Nena, que yo pago la multa!"),y emocionante las imágenes de Barcelona 92.
Maestro de ceremonias en corset y ligueros... y fin!


Personalmente creo que fue una experiencia preciosa, me siento muy unida a la avenida del Paralelo, (Mis abuelos se conocieron allí), el pequeño Broadway catalán. Con su sala erótica Bagdad, sus teatros y la próxima apertura de un bar de tapas regentado por Ferrán Adrià, esta zona se encuentra en pleno resurgimiento, tenemos que recuperarla para las futuras generaciones, y que nunca muera el cabaret.

"¿Que es el Molino?,
El Molino eres tú"


Foto tomada dentro del local con la famosa Terremoto de Alcorcón

No hay comentarios: