viernes, 27 de abril de 2007

Obsesión de la semana


Me fascinan los autómatas de principio de siglo, no sólo por su realismo y cuidado estético, si no quizás porque soy incapaz de comprender ese mecanismo mágico que les permite recrear movimientos humanos, como si escondieran un alma.

Aquí el teatro de autómatas
y porsupuesto hay que visitar el museo de autómatas del Parque del Tibidabo

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