martes, 9 de febrero de 2010

Hijos de Torremolinos, una historia de amor. Primera parte


Bernardo Alegre y Carmencita Soslayo fueron famosos, muy famosos. Porque nadie más se atrevió a hacer lo que ellos hicieron.

Torremolinos, España, año 1976. Con el fin del régimen el país se abre a una realidad erótica velada desde hacía años,comienza la época dorada del cine de destape y como consecuencia poco a poco las playas se llenan de carne trémula.
Especialmente en las zonas costeras, como Torremolinos, ciudad de procedencia de nuestros dos protagonistas.
Bernardo era un niño obeso y obseso, procedía de una familia de larga tradición circense, pero debido a su falta de habilidades artísticas fue relegado a poco menos que la vergüenza de la familia. Los orígenes de Carmencita también eran muy humildes, la única herencia de sus padres fue su puesto de criada en una buena casa de señoritos, de todos era sabido que Carmencita se sacaba un dinerito extra traginándose a los señoritos noche si, noche también...y con mucho gusto.

Sólo era cuestión de tiempo que se encontraran y surgiera la chispa entre ellos, desde entonces fueron inseparables. Bernardo y Carmencita abandonaron a sus familias y oficios a principios de los 70 con la esperanza de formar una vida en común, pero las penúrias fueron demasiadas, no estaban hechos para la vida del obrero, y hubo que recurrir a la imaginación para tirar adelante...

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