Una vez ella estaba allí, mareada de aguardar con el aliento caliente a la última canción y apareció él. No era un mar facil, las paredes ya sudaban cansadas de todos los gritos simultáneos exhalando a la vez el mismo vapor.
Ella le besó y se perdió en la marea.
Él se subió al mástil más alto y ni siquiera así fue capaz de seguir la estela de sus pasos mojados, se deshizo el rastro.
Sus dedos eran de azucar y se fundían al golpear el teclado, no es sencillo seguir la pista de unos labios.
Pero a miles de kilómetros de distáncia el faro alumbra con más fuerza, para que los marineros de extremidades dulces encuentren puerto. Él la encontró.
¿Acaso eres capaz de diferenciar a simple vista el azucar de la sal?
Dedicado a M.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Serendipia, sincronicidades y otras casualidades
Publicado por Veda a las 1:44:00 p. m.
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1 comentario:
Qué bonito... se puede distinguir la sal del azúcar si te fijas bien...
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